Lejos de la exuberancia decorativa de los 80, los años 90 se caracterizaron por la sobriedad en el diseño interior. Los muebles oscuros, generalmente de pino y hechos a medida, y los colores pasteles en las paredes fueron clave en esa década.
Las diferentes estancias de casa destacaban por estar cargadas de muebles y elementos decorativos. Sin duda, el salón era la estancia principal y, como tal, su decoración se cuidaba al máximo. En este artículo vemos cómo eran los muebles de los hogares españoles hace tres décadas.
En el salón había los mejores muebles, los mejores cuadros y alguna que otra antigüedad. Siempre con voluminosas cortinas, grandes alfombras y muchas fotos familiares (de bodas, comuniones, viajes…). En el salón se recibía a las visitas y había que impresionarlas. Los sofás eran, sobre todo, ¡grandes! y ocupaban la mayor parte de la estancia. Siempre había uno o dos sofás más sus respectivas butacas. Además, eran muy mullidos y estaban tapizados mezclando distintas telas, como un estampado de rayas en un sofá y cuadros vichy o florales en la butaca.
En el comedor predominaban los aparadores que ocupaban toda la pared y las alacenas, donde se guarda la mantelería, la vajilla de los días importantes, la cristalería y la cubertería ‘buena’. El papel pintado, más o menos estridente, era también todo un clásico de la época.
Si nos centramos en los dormitorios de los 90, cabe destacar que los elementos (cama, mesitas de noche, cajonera, armario…) formaban un todo y tenían el mismo estilo. En los noventa toda cama tenía su cabecero a juego con el resto de los muebles de la estancia. No había cama sin cabecero, era algo impensable en esa época.
Los 90 también fue la década en la que la cocina fue ganando terreno al salón como espacio familiar y social. Predominaban dos tipos de cocinas: las que estaban acabadas en madera de roble y las lacadas en blanco brillante, todas ellas basadas en un concepto de cocina funcional. Las encimeras eran principalmente de granito y los fluorescentes predominaban como elemento de iluminación. Y sí, seguían siendo espacios cerrados, totalmente independientes del resto de la casa. Las cocinas abiertas tardaron unos años más en llegar y triunfar en nuestro país.